martes, 27 de septiembre de 2016

Querer al que te lastima

Que compleja estaría siendo mi mente. Después de tanto daño, igual se sigue acordando de las cosas lindas. Después de tanto daño sigue queriendo un abrazo. Después de tanto daño, sigue queriendo escuchar un perdón.

Que compleja estaría siendo mi mente. La psicóloga me decía que me aferro mucho a las cosas de la forma en las que yo las quiero ver, pero que en realidad son de otra manera. Por eso puedo perdonar cosas imperdonables, y por eso puedo seguir queriendo aún cuando tendría que dejar de querer.

Y como sigo queriendo, me encuentro enojada. Me encuentro enojada conmigo misma, por no saber poner un límite, por no saber decir que "no". Me encuentro enojada con mi estúpida ilusión, la estúpida ilusión de creer que las personas cambian (otra vez, me aferro a mi propia construcción de la realidad).

Hoy odio. Odio mucho. Odio porque todas las personas que están al rededor mío, no son vos. Porque nadie me va a regalar tu sonrisa, nadie me va a dar un abrazo tan cálido como el tuyo, NADIE me va a dar un beso de bienvenida como yo de verdad lo necesito. Pero tampoco nadie me va a lastimar tanto. Nadie me va a hacer sentir menos; menos linda, menos flaca, menos interesante, menos inteligente, menos sensual. Nadie me va a hacer sentir que no alcanzo, que no doy lo máximo de mi, que no los reconforto como ellos querrían que así lo hiciera.

Pero a pesar de todo eso estoy enojada. Porque me cuesta mucho tomar decisiones y llevarlas hasta el final de los tiempos. Porque necesito de verdad a alguien a mi lado, a alguien que pueda entenderme, darme alegrías, darme energías para seguir.

Ahora me pregunto: ¿por qué lo espero de alguien y no de mí misma?
Y ahora me respondo: porque compartirlo con alguien es mucho más lindo. Y eso es lo que me molesta.